lunes, 8 de octubre de 2018

Nuestro parto (Hospital Comarcal de Laredo)

El gran día.

2 de octubre de 2018. Tras notar contracciones y sentirme "diferente a días atrás", a la noche todos esos efectos habían cesado, así que nos fuimos a la cama a ver una serie, y tras apagar, una vez dormidas, me siento mojada, al levantarme soy consciente de que se había roto la bolsa, y aunque recuerdo que mi cuerpo y mente lo acepto y asimiló rápidamente, mis paseos erróneos escalera arriba y abajo, las veces que llené y vacíe mochila, etc, me decía que esto era inminente y que había llegado el momento, asi que nos pusimos en marcha. Con tanta visita a ugencias ya conocíamos el protocolo, entrada por urgencias y de ahí a partos. En cuanto llegamos nos exploran, rotura de bolsas , cuello borrado 40% y dilatación de 1cm, pasamos a ingresos de maternidad, la cosa iba para largo.

Tras pasar la noche con alguna contracción irregular y no.dormir gracias a ellas y sobretodo a los nervios, por la mañana volvemos a partos, 12 horas desde la rotura y el parto no termina de arrancar, así que nos ponen "propex" para ver si mi cuerpo arranca y se pone por si mismo en trabajo de parto. Monitores y de vuelta a planta. Y al poco comienza la fiesta, mi cuerpo decide reaccionar, las contracciones cada vez más serías no me dejan caminar, y son exageradamente seguidas (cada minuto y medio o dos), volvemos a partos. La exploración dice que ya dilatada de "más 3 cm", pasamos a ingresar en partos. Nos llevan a sala de dilatación, una habitación de hospital grande, con colores suaves, luces atenuantes, baño, sofás, mecedoras... Recuerdo que cuando ingresé y vi la matrona que me había tocado pensé "genial, la borde, ¿no había otra?" Bueno, quiero agradecer a "la borde" su profesionalidad realmente fue un gustazo afrontar el trabajo de parto con ella, gracias Raquel. En la sala "dila2", junto a mi mujer empiezo a enfrentarme a contracciones serías, a lo que mi mujer responde inmediatamente pidiendo una pelota, sentada sobre ella, conozco a la otra matrona que estaría con nosotras, Eva, un amor de mujer que nos ha guiado, ayudado y tratado siempre desde el respeto y el cariño, una de esas profesionales que te deja claro que adora su trabajo y que nos hizo sentir supercómodas y vivirlo todo aún más intensamente. Ella ayudaba a Mamá para hacer que me sintiese mejor con cada contracción con masajes, caricias, estiramientos... me ayudaba a centrarme en la respiración cuando comenzaba a perder el control, etc. 

Vale, ahora sí que sí, el momento estaba cerca, pero seguíamos corriendo contra el tiempo, ya que se acercaban las 20h desde que rompió la bolsa y el momento oxitocina de bote se acercaba, tanto que llegó. Las contracciones comenzaban a doler demasiado y Eva nos ofreció rápidamente el óxido nitroso, ¡Qué maravilla! Bueno, realmente fue una maravilla la primera hora y media, después ni el gas, ni la pelota ni la ducha de chorros calmaba el dolor, así que  ya dilatada de 6 cm pedimos la epidural, y a partir de ahí todo fue cuestión de minutos. En menos de hora y media teníamos una dilatación completa,y en una hora más pasamos al paritorio. (Por supuesto, nos pilló el cambio de turno, y de nuevo agradecer a Eva y a Raquel su trato, según ingresamos lo primero que hicieron fue venir a presentarse, y al finalizar su turno vinieron a despedirse y desearnos lo mejor. Mil gracias.)

Lo que vino después no puedo describirlo de otra manera que no sea "mágico". Entramos en el paritorio (con una única dosis de epidural que ya daba sus últimas comentadas), y entre que se prepararon y esperaba empecé a ser consciente de dónde estaba. María Jesús, la matrona de guardia (otro encanto), nos dijo que al ser primeriza podría tardar algo, "con la próxima contracción empuja", dicho y hecho, "sigue", "otra", "¡Para, para, para!". "El niño trae dos vueltas de cordón, hay que cortarlo antes, muy bien campeona, quítate el camisón y empuja". Y así fue, 15 mnts en paritorio y conocimos al hombre de nuestras vidas. De pronto Mamá se emocionó, yo solo miraba y quería grabarlo todo, el ruido, el olor, y no podía ver más allá que ese cuerpecito que restaba por mi pecho al que no me atrevía a frotar por si le hacía daño. Fue tan rápido que una vez que acabó todo terminaron de prepararme para el alumbramiento, ya que no les dió tiempo antes, fue tan rápido que cuando llegó el espejo que pedí ya no hacía falta, fué tan rápido y tan bonito que me da miedo algún día olvidarlo. Nada más nacer Asón pasó al piel con piel conmigo, y de ahí, y con la ayuda de María Jesús, a la lactancia temprana.

En resumen, ingreso el día 2 de octubre a las 02:30 de la mañana y comienza el trabajo de parto el día 3 a las 14:00h, a las 22:30 Asón ya estaba con nosotras. Mil gracias Raquel, Eva, María Jesús. Mil gracias Lorena, mil gracias Isabel. No me estraña que gente de toda Cantabria quiera ir a dar a luz al hospital comarcal de Laredo, una experiencia maravillosa y todo gracias al equipo humano que nos atendió. Un parto respetado y humanizado. Una experiencia que me emociona recordarla, y que quiero compartir para que otras mujeres que, como yo,  busquen información sobre la atención en este hospital puedan encontrarla.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Las críticas en la crianza con apego