Algo que teníamos claro desde el principio e incluso antes del embarazo, era la lactancia materna, además queríamos (y queremos) prolongarla todo lo que se pueda, pero cómo ya nos avisaron, no es fácil, la lactancia ha sido una guerra larga, dura y dolorosa con muchas batallas perdidas, pero cada vez que ganábamos una nos daba un empujón y fuerzas para afrontar la siguiente.
Asón nació muy pequeño, y con una retrognatia importante (mandíbula retraída), lo que hacía prácticamente imposible que existiese un buen agarre, primera batalla perdida. El primer día Mami ya tenía heridas en los pezones, y dar el pecho se convertía en una tortura más que otra cosa, segunda batalla perdida. Las enfermeras del hospital nos aconsejaron usar pezoneras, y oye, mano de santo, el niño comía y la molestia era totalmente soportable, primera batalla ganada. A ratitos tratábamos de quitarla y probar, pero seguía habiendo dolor. Cómo consecuencia, el niño no arrancaba a coger peso (nos dijo el pediatra que era normal, que en niños tan pequeños y nacidos antes de tiempo suele pasar), pero además, al haber dolor en el pecho, la producción de leche no aumentaba al ritmo de la demanda de Asón. Fue un duro golpe, sobretodo cuando nos dijeron que teníamos que darle fórmula, tercera batalla perdida y la más dura.
Pasaron los días y ayudándonos con fórmula a base de jeringuillazo (por no introducir tetina) el peque ganó algo de peso, un sacaleches del tamaño adecuado nos ayudó a aumentar la producción y en el hospital nos ayudaron con una obstrucción, segunda batalla ganada. Parecía que poco a poco todo iba remontando, y veimos cada vez más cerca la lactancia materna en exclusiva. Pero no fue así, de pronto llegaron los gases y los días sin dormir se acumulaban, y rendidas de cansancio introducimos biberón (anticolicos) y chupete, ¡Adiós a coger la teta ni con pezonera! Batalla perdida y guerra dada por perdida.
Seguimos con la lucha de la teta, y volvimos a la jeringuilla, gracias al sacaleches cada vez necesitábamos apoyarnos menos en la fórmula, y poco a poco volvíamos a coger el pecho con pezonera, otro batalla ganada. Y cuando íbamos remontando llegó la gripe. Mami se encontraba fatal, así que volvimos al bibe y el tete, batalla perdida. En este caso, por recomendación, nos apoyamos en los productos de la marca MAM. El bibe y el chupete obligaba a Asón a abrir más la boca, tras superar el malestar y fiebre, sin ninguna esperanza probamos a poner al peque al pecho, y para nuestra sorpresa el enano abrió la boca más que nunca, hizo buen agarre y desapareció el dolor. ¡Vaya subidón! Batalla ganada. Pero claro, por mucho sacaleches que usaremos, la producción bajó un montón, así que aquí seguimos, apoyándonos en fórmula, con la teti, el bibe, el tete, con el sacaleches y con todas las ganas e ilusión del mundo.
Actualmente Asón es capaz de hacer tomas más largas de una hora, y aún así, a los poco minutos pide el bibe, el sacaleches no termina de ayudarnos a almacenar lo suficiente, supongo que es cuestión de tiempo.
En una de las visitas a nuestra matrona, vi en el estante el biberón de "suavinex" "zero zero" perfectamente embalado, le pregunté "¿Qué tal funciona el bibe?" Me dijo lo que ya sabía, "se supone que es anticolicólicos, y la forma y textura de la tetina es lo que más se asemeja al pecho, pero no te puedo decir más, así que hacemos una cosa, se lo doy a Asón y me decís qué tal os ha ido. Llevábamos dos semanas buscando el maldito biberón por todas las farmacias cercanas y no había forma, incluso nos pusimos en contacto con suavinex, pero nada. Y bueno, ahora que lo usamos os diré que en la práctica funciona exactamente igual que en la teoría: anticolicos, se asemeja a la teti y hace que la toma sea más lenta que con el resto de bibes, de forma que se parece más al pecho. Nos encanta este bibe.
En resumen, continuamos con la lactancia mixta, con intención de ir reduciendo la fórmula y los bibes todo lo que podamos y ojalá hasta que podamos prescindir de ellos, pero por el momento deciros que estamos encantadas con estos productos. Algo que no hemos dicho y que nos resulta muy cómodo y práctico cuando nos vamos por ahí, es que el bibe MAM es "autoesterilizable", se desmonta, se echa un tapón de agua y en 3 mints en un micro queda listo para la siguiente toma (hoy en día hay microondas en cualquier sitio por suerte), lo mismo ocurre con sus chupetes, traen su propia cajita para ello, además, estos chupetes son ortodónticos y vienen en cómodos packs de dos, que nunca se sabe.
Gracias a quienes nos ayudaron y recomendaron productos. Ya os iremos contando
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