miércoles, 4 de julio de 2018

¿Otra vez al baño?


Queridas, me he convertido en el "Cocolín pipí, ¿os acordáis de ese muñequito tan simpático de rasgos y cuerpo redondeado que según le dabas un poco de agua hacia pipí? Pues esa soy yo ahora, pero a mí no hace falta apenas darme agua.

El aumento de la frecuencia de las ganas de orinar es un síntoma precoz de embarazo, ¿y por que? ¡BINGO! Por nuestras queridísimas hormonas que se dedican a volvernos locas, que mira que nos preparan para esto del embarazo y de ser madres, pero si sobrevives a la montaña rusa hormonal, no habrá niño que pueda contigo. Las hormonas provocan que tu sangre fluya más rápido por tus riñones, así que tú vejiga se llena cada dos por tres.

Otro de los motivos es por el aumento del volumen sanguíneo en tu cuerpo, que durante el embarazo irá aumentando hasta llegar a un 50% más que antes de estar embarazada. Así que tus riñones trabajan mucho más para procesar todo ese líquido adicional que va a parar a tú vejiga.

El motivo más obvio de tener que orinar tan frecuentemente es el aumento del tamaño del útero. A medida que va creciendo va oprimiendo la vejiga (y otros órganos) y de ahí las ganas continuas de miccionar. Yo me imagino al enano abrazándola a modo de almohada, o dando patadas en modo antiestres. Durante el primer trimestre el útero está encajado en la pelvis, y aunque aún es pequeño, está creciendo y comienza a predionar. Según avanzas hacia el segundo y el útero sube, puede, sólo puede, que sientas algo de alivio respecto a esto, pero no siempre ocurre. Por supuesto el tamaño de la barriga influye, si es un embarazo múltiple, si tienes mucho líquido, si el bebé es muy grande... Pero vamos, que yo no puedo salir de casa y estar fuera o lejos de un baño más de una hora. Según dicen, si ahora lo sufres prepárate, porque en el tercer trimestre tendrás que llevarte un orinal en el bolso. Como dice mi compañera "la rubia", te conocerán en todos los bares de tu paseo diario, y al final hasta te perdonarán el botellín de agua que les compras por hacer gasto al usar el baño.

Y es que sí, estar embarazada es muy bonito, pero todo el día subiendo y bajando pantalones oye, y cuando llega la noche... Se supone que duermes mucho, también cosa de las hormonas y el trabajo extra que hace tu cuerpo para crear y nutrir a tu pequeño, pero de eso nada, cada dos horas en pié para ir al baño, ¡así no hay quien descanse! Para evitar esto prueba a hidratarte bien durante el día, y a medida que se acerque la noche reduce la ingesta de líquidos, aunque sinceramente, te va a dar igual, te vas a levantar de todas formas. 

Si quieres tener algo más de control evita bebidas como el café, el té, refrescos o el alcohol (no creo que lo bebas, pero por si acaso),  ya que tienen un efecto diurético.
Cuando vayas al baño procura vaciar del todo tu vegija, inclínate hacia delante para vaciarla por completo. Y bajo ningún concepto te aguantes, en cuanto tengas ganas ve al baño, la retención de orina voluntaria durante demasiado tiempo puede provocar perdidas, ya que los músculos de tu suelo pélvico pueden ir debilitándose debido al peso y los cambios físicos. Con el paso del tiempo (y por supuesto ymtras el parto), puede aparecer la incontinencia urinaria por esfuerzo, es decir, que se te escape alguna gotita al reír, toser, estornudar, coger peso, etc. Para esto querida, prueba los maravillosos ejercicios de Kegel,  es algo muy sencillo y que no puede faltar en ninguna mujer, embarazada o no.

Una vez des a luz, los días justo posteriores orinarás aún más, pero una vez eliminados los líquidos retenidos durante el embarazo, todo volverá a ser igual que antes (o casi).
Por otro lado, mantente alerta, porque las ganas frecuentes de orinar puede ser una señal de infección de orina, que por desgracia, también es bastante común durante el embarazo. Digo mantente alerta, porque sino la tratas, puede complicarse y acabar en una infección renal y/o un parto prematuro. Si hasta ahora no has tenido una infección de orina los síntomas para identificarla son los siguientes: dolor o ardor al orinar, aparición de sangre en la orina y la necesidad urgente de ir continuamente a orinar y echar sólo unas gotitas. Hablaremos más sobre la infección de orina en nuestra próxima entrada.

Esperamos que esta entrada os haya ayudado, o al menos, haberos amenizado la última visita al baño.  Os dejo que mi vejiga está a punto de estallar. Recuerda, que si tienes algún apunte, corrección, duda o lo que sea, tienes aquí mismo el apartado de comentarios o a la derecha el formulario para ponerte en contacto con nosotras por privado. ¡Hasta la próxima meonas!

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